miércoles, 6 de julio de 2016

ALKIMIA HECHICERA: APA con magia para iniciados y muggles!

A veces hablamos de magia cuando en realidad lo hacemos de casualidades, serendipia y causalidades. Y un poco de todo esto hay en la historia que os cuento, siempre alrededor de una buena birra!

Hace unos 4 años que conozco al maestro cervecero que se esconde tras las etiquetas de Alkimia. Casualidad y causalidad, lógicamente fue la cerveza la que nos puso en el mismo andén. Cuando vivalabirra arrancaba su viaje en aquel Centro Cívico… Juntos, con muchos otros, traspasamos ese muro secreto que nos llevó a descubrir la magia de las maltas, lúpulos y levaduras, algo perfectamente escondido precisamente por estar tan a la vista. Y con unas Schneider Tap 5 y muchas Flying Dog cerramos el primer capítulo de las casualidades, arrancando cada uno su camino.

Y sea como fuere, la cosa es que estamos aquí, y para quedarnos (al menos ése es el objetivo)! Vivalabirra siguió distribuyendo pociones hasta llegar a Foncalada13, y Jesús descubriendo las artes mágicas de la elaboración con los más grandes. Y así, tras 4 años de andadura, llegó a su Hechicera Pale Ale, la cerveza de la que hablamos hoy si consigo parar de teclear otras cosas. El mundo del homebrewing dejó de tener secretos para él y enseguida empezó a cosechar premios con sus malévolas creaciones (tercero entre 150 en el jardín del lúpulo, por ejemplo) hasta llegar a esta American Pale Ale que nos ocupa. Una cerveza gestada en las brumosas tarde de Arriondas y elaborada en las instalaciones de Arriaca, en Guadalajara -si seguimos con las casualidades, resulta que allí pasé los primeros 25 años de mi vida, así que sumamos vínculos tirando de la sigaldría de Kvothe)-.



Resultado, una APA muy aromática, con presencia de lúpulos americanos desde el mismo momento en que la destapas. A la vista es peculiar en el estilo, con una turbidez llamativa debido a las proteínas de las maltas empleadas (Crystal y Maris Otter) y un color dorado. El carbónico es vivo, ligero, casi aguja. En boca la sensación es agradable, cítrica, herbal y sedosa. Es cierto que los lúpulos imperan en la receta dejando apenas apreciar el toque dulce de las maltas, pero el cuerpo hace que el trago sea más pleno. Summit, Cascade y una buena dosis de Citra se alían para conjurar todos los aromas cítricos posibles, con alguna nota herbal oculta tras lima, pomelo, naranja… El trago es fresco y seco, amargo sin llegar a ser astringente, con un giro ácido.



Una receta más que interesante en su especie. Por llamativa, diferente y bien concebida. Puede que falta limar algún detalle, pero honra a su creador no haberla puesto en el mercado hasta después de 8 lotes de ensayo, error y mejoras. Si algún día la encontráis (es fácil reconocerla con su etiquetado de flora, fauna y mitología; en vivalabirra a 2,75), probadla. Y si se deja ver su creador, con su túnica amarilla (curiosamente, otra casualidad, pertenecí a esa misma casa en su día), saludadle de mi parte! 

Héctor Jebi -vivalabirra-

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